Carmen, una profesional experimentada en el mercado inmobiliario, compartió su reciente experiencia con un cliente potencial. Al principio, la conversación se desarrollaba de manera rutinaria y formal. Se intercambiaron detalles sobre las características del inmueble deseado, así como información sobre métodos de pago y otros aspectos habituales en este tipo de negociaciones. Todo parecía seguir un curso normal hasta que ocurrió un cambio inesperado.

Súbitamente, la actitud del interlocutor cambió drásticamente. De ser un comprador interesado, pasó a emitir comentarios personales y fuera de lugar hacia Carmen. Frases de admiración y halagos al carácter personal comenzaron a surgir en medio de la conversación profesional. Fue en ese momento cuando Carmen decidió estar alerta y tomar medidas para protegerse.

Esta situación subraya la importancia de mantener límites claros en el ámbito laboral. Los profesionales deben estar preparados para identificar comportamientos inapropiados y saber cómo manejarlos de manera efectiva. La experiencia de Carmen sirve como un recordatorio valioso para todos los trabajadores sobre la necesidad de estar atentos y proteger su integridad personal en todo momento.