En los días previos a la gran celebración, una participante ha sorprendido con su originalidad. Durante un ensayo crucial realizado el martes, Alane cautivó a todos con un atuendo que combinaba elegancia y sostenibilidad. Su vestimenta destacaba por incorporar piezas inusuales, demostrando cómo el reciclaje puede transformarse en arte. Este evento subraya la importancia de la creatividad en las presentaciones culturales.

La víspera del espectáculo principal, Alane eligió un conjunto llamativo para el ensayo final. Optó por un top de hombro único con cuello alto, complementado con una minifalda diminuta. Lo extraordinario era que estas prendas estaban compuestas por aproximadamente 400 relojes de pulsera reciclados. Los artesanos procedentes del estado brasileño del Pará fueron los responsables de esta obra maestra. Esta elección no solo resaltaba su figura, sino que también transmitía un mensaje poderoso sobre la reutilización de materiales.

El uso de relojes como elemento decorativo fue más que una simple declaración de moda. Representaba años de historia y tradición horológica, ahora reinventada en un contexto festivo. Cada pieza contaba su propia historia, fusionando pasado y presente en un solo diseño. Este atuendo no solo deslumbraba visualmente, sino que también invitaba a reflexionar sobre nuevas formas de expresión artística y sostenible.

Este ensayo sirvió como plataforma para mostrar la versatilidad y el ingenio de los diseñadores locales. Alane se convirtió en el rostro visible de esta iniciativa, demostrando que la moda puede ser tanto una forma de expresión personal como un medio para promover conciencia ambiental. La noche dejó una impresión duradera en los asistentes, anticipando lo que podría esperarse del desfile oficial.