El 17 de enero, la ciudad de Zitácuaro, Michoacán, experimentó una noche de caos y disturbios. Civiles armados bloquearon varias calles principales e incendiaron tiendas de conveniencia. Estos incidentes ocurrieron después de un fallido operativo estatal y federal que buscaba detener a un líder del CJNG. Las autoridades reforzaron la seguridad para restablecer el orden y garantizar la tranquilidad de los residentes.
La Secretaría de Seguridad Pública informó sobre medidas adicionales como la implementación de filtros de inspección vehicular y monitoreo constante a través de cámaras de vigilancia. Además, se mencionó la posible fuga de un lugarteniente del CJNG, aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente.
En la noche del viernes, una serie de eventos inesperados sacudió la tranquilidad de Zitácuaro. La ciudad se vio sumida en el desorden cuando grupos de civiles tomaron acciones drásticas, interrumpiendo el tráfico y causando daños materiales. Estos actos fueron la respuesta a un intento fallido por parte de las fuerzas de seguridad de capturar a un individuo vinculado con actividades ilícitas.
Los disturbios comenzaron cerca de las siete de la noche, cuando civiles armados cerraron el anillo periférico Francisco J. Múgica. Otro grupo incendió dos sucursales de tiendas de conveniencia, mientras que imágenes y videos de estos hechos circularon rápidamente en redes sociales. Se reportó un taxi y un camión de refrescos bloqueando las avenidas, lo que aumentó la tensión entre los residentes. Además, hubo informes no confirmados de un automovilista asesinado y una camioneta baleada. Estos sucesos subrayan la complejidad de la situación y la necesidad de una respuesta rápida y efectiva por parte de las autoridades.
Ante la escalada de violencia, las autoridades tomaron medidas inmediatas para restablecer el orden público. La colaboración entre diferentes entidades gubernamentales fue clave para intensificar la presencia policial y disuadir posibles actos delictivos. El objetivo era garantizar la protección de los ciudadanos y recuperar la normalidad en la región.
La Secretaría de Seguridad Pública anunció que agentes federales y estatales reforzarían la vigilancia en áreas estratégicas de Zitácuaro. Los oficiales patrullarían zonas comerciales y lugares con alta afluencia de personas para prevenir cualquier actividad sospechosa. También se implementaron filtros de inspección vehicular y se incrementó el monitoreo a través de las cámaras del C5 Michoacán. Estas acciones buscan crear un ambiente seguro para los residentes y visitantes de la ciudad. Además, se destacó la importancia de la cooperación entre las diversas instituciones para mantener el control y evitar futuros disturbios. La información extraoficial sugiere que estas medidas también están relacionadas con la búsqueda de un individuo conocido por su participación en actividades criminales en la región oriente de Michoacán.