En esta pieza cinematográfica, se explora la vida íntima del personaje central Ney. A lo largo de la trama, se destaca su relación con Cazuza, un amor profundo, así como su vínculo de trece años con Marco de Maria. La narrativa está acompañada por una serie de canciones emblemáticas que reflejan los momentos cruciales de sus vidas, entre ellas melodías reconocidas como Rosa de Hiroshima, Sangre Latino, O Vira, Bandido Corazón, Postal de Amor, No Existe Pecado al Sur del Ecuador, Encantado, y la famosa Homem com H.
En la pantalla grande, nos sumergimos en la vida de Ney, cuyas pasiones románticas juegan un papel crucial en su historia. Entre estos amores se encuentra Cazuza, interpretada por Jullio Reis, quien representa uno de los grandes afectos en la vida de Ney. Además, destacamos la presencia de Marco de Maria, encarnado por Bruno Montaleone, quien comparte una relación duradera de trece años con Ney. La película no solo narra estas conexiones personales, sino que también las entrelaza con un telón de fondo musical lleno de éxitos que han dejado huella en la cultura popular.
Desde el punto de vista de un espectador, esta película ofrece una visión emotiva y profunda sobre cómo la música puede ser un testimonio de los momentos más significativos de nuestras vidas. Nos recuerda que cada melodía tiene la capacidad de evocar emociones y recordar tiempos pasados, creando un puente entre el arte y la experiencia humana. Es una reflexión sobre cómo los ritmos y letras pueden encapsular historias de amor, desamor y todo lo que define nuestra existencia.