En la actualidad, España, Italia y Portugal copan casi un tercio del calendario de MotoGP, con cuatro de las veinte carreras celebrándose en territorio español. Este privilegio no es gratuito; cada circuito debe pagar una cuota significativa para mantener su presencia en el campeonato. Por ejemplo, el Circuito Ricardo Tormo en Valencia garantizó su continuidad hasta 2026 con un pago total de 44,5 millones de euros, mientras que Montmeló y Jerez también firmaron acuerdos millonarios.
El incremento de estas tarifas es inevitable si los circuitos desean seguir formando parte del calendario de MotoGP. El Circuit de Barcelona-Cataluña ya ha asegurado su futuro aceptando el nuevo canon impuesto por el Mundial, que ronda entre 12 y 14 millones de euros por temporada. Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, confirmó que este será el precio mínimo que cualquier circuito en la Península Ibérica deberá pagar para continuar organizando carreras.
El creciente interés internacional por albergar carreras de MotoGP plantea un desafío adicional para los circuitos españoles. La popularidad del campeonato está en auge, lo que aumenta la demanda de nuevas sedes en países emergentes. Esta situación pone en jaque la concentración de carreras en la Península Ibérica, donde cinco trazados han sido habituales en el calendario.
Ezpeleta reconoció que mantener esta cantidad de carreras en España será difícil. La tendencia apunta a reducir la cifra a dos o tres eventos anuales, implementando un sistema de rotación entre los circuitos actuales. Esto significa que, incluso si todos los trazados españoles renuevan sus contratos, no todos podrán organizar carreras cada año. La competencia por mantenerse en el calendario será feroz, y solo aquellos dispuestos a pagar el precio exigido por Dorna tendrán una oportunidad.
La decisión de MotoGP de expandirse globalmente tiene implicaciones económicas y estratégicas significativas. Los altos costos de organización de carreras en Europa, especialmente en España, contrastan con la búsqueda de nuevos mercados en Asia y América Latina. La entrada de países como India y Brasil no solo diversifica el calendario, sino que también abre nuevas oportunidades de crecimiento para el deporte motor.
Esta expansión global también presenta desafíos logísticos y operativos. Organizar carreras en regiones distantes requiere adaptaciones en infraestructura, transporte y promoción. Sin embargo, estos desafíos son vistos como inversiones necesarias para garantizar la sostenibilidad y relevancia de MotoGP en un mundo cada vez más competitivo. La estrategia de Dorna busca equilibrar la tradición europea del motociclismo con la emoción de nuevos destinos internacionales.