Un individuo compartió sus luchas y frustraciones al intentar dominar el idioma inglés, destacando los desafíos particulares que enfrenta alguien que no tuvo exposición temprana a este idioma. Esta persona enfatizó cómo la falta de una base inicial dificulta aún más el proceso de aprendizaje. Además, mencionó su persistencia en otros aspectos de la vida, pero reconoció que el inglés ha sido un obstáculo inusualmente difícil de superar.
En una conversación sincera, esta persona reveló las complejidades emocionales y mentales asociadas con aprender inglés como lengua extranjera. Sin haber tenido acceso a clases de inglés durante su educación formal, se enfrenta a la tarea de comenzar desde cero. Este reto se complica aún más por la naturaleza abstracta del idioma, que puede resultar confusa para quienes lo abordan por primera vez en la edad adulta.
El hablante también compartió su experiencia de múltiples intentos fallidos de aprender inglés. Cada vez que iniciaba un nuevo curso o método, encontraba barreras insuperables que finalmente lo llevaban a detenerse. Sin embargo, esto no disminuye su determinación general; solo subraya cuán singularmente desafiante puede ser adquirir nuevas habilidades lingüísticas después de cierta edad.
A pesar de estos contratiempos, el narrador mantiene una actitud reflexiva sobre su situación. Reconoce que muchos adultos encuentran similares dificultades cuando deciden aprender inglés más tarde en la vida. Esto sugiere que la experiencia no es única, sino parte de un fenómeno más amplio experimentado por aquellos que buscan mejorar sus habilidades lingüísticas sin haber tenido una introducción temprana al idioma.