El gobierno de Estados Unidos ha intensificado sus acciones contra el régimen venezolano, elevando la recompensa por información que conduzca al arresto del presidente Nicolás Maduro a 25 millones de dólares. Este aumento se produce en medio de un contexto político complejo, tras las elecciones presidenciales celebradas en julio de 2024, donde el líder opositor Edmundo González reclama haber ganado legítimamente. Washington respalda a González y no reconoce a Maduro como presidente legítimo. Además, se han impuesto nuevas sanciones económicas y diplomáticas para presionar al gobierno venezolano.
La situación política en Venezuela ha estado marcada por tensiones significativas desde las elecciones de julio de 2024. Tras la proclamación de Maduro como vencedor, numerosos países y organizaciones internacionales expresaron dudas sobre la legitimidad del proceso electoral. El liderazgo de González ha recibido apoyo internacional, incluyendo una reunión reciente con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, donde presentó pruebas de su victoria. Sin embargo, González enfrenta riesgos si regresa a Venezuela, ya que el gobierno de Maduro, respaldado por las fuerzas armadas, sigue siendo reconocido oficialmente dentro del país.
En respuesta a esta crisis, Estados Unidos ha aumentado la recompensa ofrecida por información que lleve al arresto de Maduro, pasando de 10 a 25 millones de dólares. Además, se ha establecido una nueva recompensa de 15 millones de dólares por la captura del ministro de Defensa venezolano. Estas medidas buscan ejercer mayor presión sobre el régimen y desestabilizar su control. Paralelamente, el Departamento del Tesoro estadounidense ha impuesto nuevas sanciones a ocho funcionarios venezolanos, congelando sus activos en territorio estadounidense.
La ceremonia de juramento de Maduro como presidente para un tercer mandato contó con la participación de varios países aliados, mientras que otros decidieron no asistir. Entre los que enviaron representantes se encuentran Irán, Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Honduras, Bielorrusia, Brasil, México y Colombia. Por otro lado, Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana, Paraguay y la Unión Europea optaron por no enviar delegaciones oficiales, reflejando así su posición respecto a la legitimidad del gobierno de Maduro.
Las acciones emprendidas por Estados Unidos muestran una estrategia clara para incrementar la presión internacional sobre el régimen de Maduro. A través de estas medidas, el gobierno de Biden busca deslegitimar aún más al presidente venezolano y fortalecer el apoyo al líder opositor González. La situación continúa siendo volátil y está sujeta a cambios rápidos en función de las reacciones tanto internas como externas.