En un emocionante desarrollo dentro de la casa, los participantes se enfrentaron a una serie de desafíos que determinarían quién sería enviado al Paredón. Tras recibir protección especial, uno de los concursantes fue seleccionado para enfrentarse a la decisión del público junto con otros dos elegidos mediante un juego grupal.
Una figura privilegiada dentro del juego otorgó inmunidad a uno de los integrantes, salvándolo del posible peligro. Esta acción tuvo consecuencias directas sobre las estrategias de los demás competidores, quienes debieron adaptarse rápidamente a esta nueva situación.
Mientras el ambiente se cargaba de tensión, Renata utilizó su poder como ángel para proteger a João Gabriel, quien respiró aliviado al saber que estaba a salvo por esta ocasión. Este gesto cambió drásticamente el curso de los eventos, forzando a los demás jugadores a reconsiderar sus movimientos estratégicos. La dinámica entre los participantes se volvió aún más compleja, ya que ahora sabían que alguien había sido excluido del riesgo.
Con la imprevista inmunidad en juego, la líder asumió su papel crucial al tomar una decisión importante que afectaría a todos. Su elección no solo impactó a un individuo específico, sino que también influyó en cómo se desarrollaría el resto del juego.
Eva, en su capacidad de liderazgo, designó a Mateus para enfrentar el voto del público. Posteriormente, en una actividad grupal llena de suspense, los participantes fueron divididos en dos equipos y tuvieron que seleccionar a dos miembros adicionales para acompañarlo en el Paredón. Finalmente, Aline y Guilherme fueron escogidos por sus respectivos grupos para unirse a Mateus en este momento decisivo del programa.