En la capital michoacana, familiares y activistas se unieron para exigir a las autoridades información sobre el destino del activista José Gabriel Pelayo. La protesta incluyó actividades culturales y una marcha pacífica que buscaba llamar la atención sobre este caso. Los organizadores eligieron un lugar emblemático para llevar a cabo su evento, convirtiéndolo en un espacio donde voces diversas se unieron en solidaridad.
La plaza Melchor Ocampo fue escogida como punto central para esta movilización. A través de canciones de protesta y lecturas públicas, los participantes buscaron difundir la urgencia del caso de José Gabriel Pelayo. Este encuentro no solo reunió a sus seres queridos sino también a ciudadanos preocupados por la justicia y la transparencia.
Los manifestantes eligieron un sitio histórico para hacerse oír. En la plaza Melchor Ocampo, ubicada cerca de la Catedral, familiares y simpatizantes se reunieron para organizar una jornada cultural que combinó música, poesía y discursos. Esta elección de lugar simboliza la importancia del acto y busca generar mayor conciencia pública sobre el caso.
A lo largo de la tarde, la plaza se transformó en un espacio de expresión y reflexión. Las canciones de protesta resonaron entre los muros históricos, mientras que la lectura de declaraciones subrayó la necesidad de acciones concretas por parte de las autoridades. Los asistentes, entre ellos Yulissa Pelayo, hija del activista desaparecido, compartieron testimonios personales y llamaron a la sociedad a unirse en la búsqueda de respuestas. Este evento buscaba no solo informar sino también movilizar a más personas en la lucha por la justicia y la verdad.
El objetivo principal de la movilización era presionar a las autoridades para que proporcionen información clara sobre el paradero de José Gabriel Pelayo. Los organizadores destacaron la importancia de obtener respuestas rápidas y precisas, enfatizando que cada día sin noticias aumenta la preocupación y la incertidumbre.
La protesta incluyó momentos de silencio en memoria de todas las personas desaparecidas, así como intervenciones de líderes comunitarios que resaltaron la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad. Los asistentes también aprovecharon la ocasión para denunciar otros casos similares y pedir medidas efectivas para prevenir nuevas desapariciones. El mensaje era claro: la sociedad exige justicia y no descansará hasta que se obtengan respuestas concretas. Esta manifestación representó un paso importante en la lucha colectiva por la verdad y la rendición de cuentas.