El caso de corrupción que involucra a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) sigue desenterrando nuevos detalles. Sandra Ortiz, quien ocupó un alto cargo en el gobierno, ha entregado información crucial que sugiere que existen más pruebas y hechos ocultos que deben ser revelados. Ortiz ha expresado su temor por la seguridad personal debido a las amenazas que ha recibido, lo cual impide que pueda proporcionar todos los detalles del caso. “Hay una historia que debe contarse”, afirmó, destacando la importancia de contar con garantías internacionales para poder hablar libremente.

Ortiz también mencionó la participación de figuras de alto nivel que hasta ahora han escapado a la justicia. Asegura que personas cercanas al presidente Gustavo Petro estuvieron involucradas en este escándalo, pero no quiso identificarlas directamente. Señaló que se le ordenó acercarse a Iván Name, expresidente del Senado, y que incluso se le ofreció a empresarios un puesto en la UNGRD a cambio de una suma millonaria. Estas revelaciones ponen en tela de juicio la integridad de ciertos sectores del gobierno y sugieren que la corrupción podría haber llegado a niveles superiores.

La transparencia y la justicia son pilares fundamentales de cualquier sociedad democrática. Las declaraciones de Ortiz subrayan la necesidad de proteger a los denunciantes y garantizar que puedan hablar sin temor a represalias. Este caso nos recuerda la importancia de fortalecer los mecanismos de control y vigilancia dentro de las instituciones públicas. Solo mediante la colaboración internacional y la aplicación rigurosa de la ley podremos construir un futuro donde la corrupción no tenga cabida y donde cada ciudadano pueda confiar plenamente en sus líderes.