El equipo Ford enfrentó dificultades significativas durante las primeras etapas del rally Dakar, especialmente con el vehículo conducido por Nani Roma. Problemas técnicos como alarmas de aceite y motor lo obligaron a retrasarse y finalmente detenerse en un entorno desafiante. A pesar de los esfuerzos iniciales para continuar, la falta de asistencia en áreas remotas complicó aún más la situación. Sin embargo, el espíritu de superación y la adaptabilidad del equipo permitieron una rápida reacción para seguir participando.
Los problemas surgidos no solo afectaron al rendimiento individual de Roma, sino que también pusieron a prueba la resiliencia del equipo Ford. Aunque otros vehículos funcionaban correctamente, la experiencia subraya la importancia de la preparación y adaptación en competencias tan exigentes. Roma ahora se enfocará en apoyar a sus compañeros, mostrando una actitud positiva frente a la adversidad.
Desde el inicio de la competencia, el equipo Ford experimentó señales preocupantes. El piloto español, Nani Roma, enfrentó dificultades que afectaron su rendimiento inicial. Estas se debían principalmente a alertas técnicas que interrumpían su ritmo de conducción. A pesar de los intentos de resolver estas anomalías, la ausencia de asistencia adecuada en terrenos remotos limitó las posibilidades de corrección inmediata. Esta situación puso a prueba la resistencia y estrategia del equipo.
En las primeras horas del rally, Nani Roma ya notaba signos de inconvenientes mecánicos. Alarmas relacionadas con el aceite lo forzaron a reducir su velocidad, afectando su posición en la carrera. Los ingenieros del equipo Ford verificaron estos problemas, pero la extensión de la etapa y la lejanía del campamento dificultaron cualquier intervención efectiva. Roma expresó su frustración ante la prensa española al regresar al campamento de Bisha, reconociendo que "no pudimos hacer mucho". Este contratiempo anticipó los desafíos futuros que enfrentaría el equipo en esta edición del Dakar.
A medida que avanzaba la competencia, el equipo Ford tuvo que enfrentar situaciones cada vez más complejas. La falla del Raptor en un área de dunas demostró ser un punto crítico. A pesar de los esfuerzos previos para manejar la situación, el vehículo se detuvo definitivamente, obligando a Roma a buscar alternativas. Sin embargo, el espíritu de superación del equipo permitió una rápida respuesta para continuar participando bajo nuevas circunstancias.
En el kilómetro 766, el Raptor de Roma se detuvo en medio de dunas impenetrables. Este evento marcó un punto de inflexión en la participación del equipo Ford. Aunque inicialmente abrumado por la decepción, Roma rápidamente adoptó una actitud proactiva. El camión de asistencia no pudo llegar al lugar del incidente, por lo que un remolque fue necesario para rescatarlo. Esto significó la retirada técnica, pero no el abandono de la competencia. Desde entonces, Roma ha asumido un nuevo rol dentro del equipo, ayudando a sus compañeros a alcanzar buenos resultados. A pesar de las dificultades, el equipo mantiene la esperanza de seguir aprendiendo y mejorando, con otros motores que continúan funcionando bien. Este contratiempo subraya la importancia de la preparación y adaptación en competencias tan desafiantes como el Dakar.