Las aplicaciones deportivas y de bienestar, tan populares hoy en día, pueden representar un peligro para la seguridad personal. Según un estudio realizado por Surfshark, una empresa especializada en ciberseguridad y servicios de red virtual privada, muchas de estas plataformas comparten los datos personales de sus usuarios con terceros. Este hallazgo plantea serias preocupaciones sobre la protección de la información privada.

El análisis se centró en 15 de las aplicaciones más utilizadas del mercado, incluyendo plataformas de entrenamiento personal y rastreadores de actividad física. Los resultados indican que el 80% de estas aplicaciones distribuyen información a empresas externas, como anunciantes y corredores de datos. Strava y Fitbit, dos de las más destacadas, recopilan hasta 21 tipos únicos de datos, lo que equivale al 84% de las categorías definidas por la App Store de Apple.

La diferencia entre las aplicaciones gratuitas y de pago es notable. Las primeras tienden a compartir significativamente más información con terceros, mientras que las segundas son más respetuosas con la privacidad del usuario. La venta de datos puede incluir desde información básica como nombres de usuario y correos electrónicos, hasta detalles más sensibles como ubicación precisa, hábitos de ejercicio, orientación sexual, creencias religiosas y datos de salud relacionados con el embarazo o discapacidad.

En este contexto, surge la importancia de que los usuarios adopten una postura crítica frente a las aplicaciones que utilizan. Es fundamental elegir plataformas que limiten la recolección de datos y prioricen la privacidad, revisar cuidadosamente los permisos otorgados a las apps y considerar las versiones de pago para reducir la exposición a prácticas invasivas de recolección de datos. Conscientes de su responsabilidad, los consumidores pueden tomar decisiones informadas que protejan su intimidad y bienestar digital.