El texto destaca la pasión y dedicación de una musa del carnaval, quien expresa su amor profundo por la escuela de samba en la que participa. Durante tres años consecutivos, ha tenido el honor de ser seleccionada como musa, viviendo momentos únicos llenos de aprendizaje y emoción. Esta experiencia le brinda la oportunidad de unir su dedicación con la pasión y la unidad de la comunidad.
Gardênia ha encontrado en la Grande Rio no solo una escuela de samba, sino una extensión de su propio espíritu. Su participación durante tres años consecutivos en el desfile de Sapucaí representa mucho más que simplemente caminar en una celebración; es una declaración de amor hacia una tradición que se ha convertido en parte integral de su vida.
Cada año, Gardênia renueva su compromiso con la escuela, permitiéndole crecer tanto personal como profesionalmente. El carnaval se transforma para ella en una plataforma de autoexpresión y conexión con la cultura local. Su papel como musa no es solo un título, sino una responsabilidad que abraza con orgullo y gratitud. Cada momento vivido en la pista es un recordatorio de cuán especial es esta experiencia para ella.
La participación activa de Gardênia en los desfiles de carnaval trasciende lo individual y se convierte en un símbolo de unidad para toda la comunidad. Este evento reúne a personas de diferentes orígenes bajo una misma pasión compartida, fortaleciendo los lazos entre todos los involucrados.
Para ella, ser musa significa ser parte de algo mayor que uno mismo. La emoción de compartir esos instantes mágicos con otros miembros de la comunidad es inigualable. Es un privilegio que valoriza profundamente, ya que permite experimentar directamente cómo la dedicación y la pasión pueden unir a las personas en torno a una causa común. Cada desfile se convierte en una celebración colectiva de la cultura y la hermandad.