El Departamento Judicial de Israel ha interpuesto cargos contra dos ciudadanos árabes ante el Tribunal de Distrito de Jerusalén. Estos individuos, aproximadamente de 30 años, se encuentran bajo sospecha de haber proporcionado información sensible a un agente de Hezbolá durante los conflictos recientes. Además, uno de ellos enfrenta acusaciones adicionales por la posesión ilegal de armas de fuego. Las autoridades solicitaron que su detención se prolongue hasta el final del proceso legal. Los sospechosos estuvieron en contacto con una mujer identificada como Daniyeh, quien resultó ser una agente de Hezbolá, y continuaron compartiendo información sobre Israel a pesar de conocer su verdadera identidad.
Los dos hombres fueron acusados de mantener comunicación con una agente de Hezbolá a través de una plataforma de mensajería digital. Aunque inicialmente desconocían su afiliación, siguieron intercambiando datos incluso después de descubrir su rol. Este comportamiento levantó sospechas y condujo a una investigación exhaustiva por parte de las autoridades israelíes. La gravedad de estos actos reside en la transferencia de información crítica durante un período de conflicto, lo cual puede tener implicaciones significativas para la seguridad nacional.
Uno de los sospechosos, identificado como Abd Alsalam, envió fotografías del área de Cesarea, mientras que el otro, Taar A’sili, compartió artículos de noticias sobre Israel y su situación de seguridad. Ambos fueron instruidos para contactar a un alto oficial de inteligencia de Hezbolá conocido como al-Hajj. A’sili llegó a adquirir una nueva tarjeta SIM para facilitar estas comunicaciones, aunque rehusó fotografiar la zona de Metula. El hecho de que continuaran colaborando con Daniyeh pese a conocer su identidad sugiere una intención deliberada de apoyar a Hezbolá.
Además de las acusaciones relacionadas con la colaboración con Hezbolá, uno de los sospechosos también enfrenta cargos por portar ilegalmente armas de fuego. Esta acción aumenta la gravedad de su caso, ya que implica una amenaza directa a la seguridad pública. Las autoridades han solicitado que ambos permanezcan en custodia hasta el final de su proceso legal, argumentando que representan un peligro potencial si son liberados.
Alsalam fue fotografiado con armas de fuego durante una visita a un local en Jenin, Judea y Samaria. Esta evidencia visual fortalece las acusaciones contra él y subraya la seriedad de su caso. La solicitud de prolongar la detención de los sospechosos refleja la preocupación de las autoridades por garantizar que no puedan continuar sus actividades perjudiciales mientras esperan juicio. El proceso judicial ahora se encargará de determinar la culpabilidad o inocencia de estos individuos, así como las posibles sanciones que podrían enfrentar si se les encuentra culpables.