En este período final del año, reflexionamos sobre eventos significativos que han marcado el 2024. Entre las decisiones más relevantes destaca la eliminación de siete entidades autónomas creadas durante la era neoliberal. Este cambio implica una reorganización importante del sistema público y promete un futuro más equitativo y eficiente para México. Sin embargo, también genera debate sobre su impacto en áreas cruciales como la transparencia y la competencia económica.
La publicación oficial del fin de estas instituciones ha sido un tema central en la agenda nacional. Estas organizaciones, nacidas con la intención de garantizar independencia en funciones clave del gobierno, ahora se disolverán, transfiriendo sus responsabilidades a dependencias federales. Esta medida busca mejorar la eficiencia administrativa y reducir gastos innecesarios, pero no todos están convencidos de sus beneficios.
Los críticos argumentan que estas entidades eran esenciales para mantener ciertos estándares de transparencia y regulación. El Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI), por ejemplo, fue acusado de corrupción interna pero también destacó por su papel en la difusión de información pública. Otros organismos como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) fueron vistos como pilares en la lucha contra monopolios y en la evaluación social. La decisión de desmantelarlos plantea preguntas sobre cómo se mantendrán estos principios en el futuro.
Con la desaparición de estas entidades, el gobierno federal asume nuevas responsabilidades. Las funciones de cada organismo serán redistribuidas entre distintas secretarías, lo que podría fortalecer áreas como energía, educación y economía. Aunque algunos temen la pérdida de autonomía, otros ven esto como una oportunidad para simplificar procesos y mejorar la rendición de cuentas.
Uno de los cambios más significativos será la creación de una nueva autoridad en materia de competencia económica, que integrará las facultades de la Cofece y el IFT. Esto promete una regulación más efectiva del mercado, aunque también levanta preocupaciones sobre la concentración de poder. Además, los recursos ahorrados se destinarán al Fondo de Pensiones para el Bienestar, beneficiando directamente a la población. En resumen, esta reforma representa un paso hacia una administración pública más ágil y centrada en las necesidades del pueblo mexicano.