La Formación Profesional (FP) se ha convertido en una opción educativa altamente valorada por los jóvenes españoles debido a su capacidad para facilitar el acceso al mercado laboral. A pesar de su crecimiento, aún enfrenta desafíos en términos de información y orientación adecuadas, especialmente entre las mujeres. Este estudio revela que aunque la FP ofrece oportunidades significativas, sigue estando por debajo de la media europea en matriculación y presenta una marcada brecha de género en ciertas áreas de estudio.
La Formación Profesional es cada vez más reconocida como una vía eficaz para entrar rápidamente en el mundo laboral. Muchos jóvenes ven en ella una alternativa sólida frente a otros caminos educativos. Aunque la FP ha experimentado un aumento en popularidad, todavía no supera a la formación universitaria. Sin embargo, los datos muestran que la distancia entre ambos está disminuyendo, lo que sugiere un cambio gradual en las preferencias educativas.
Según el estudio del Centro Reina Sofía de Fad Juventud y la Fundación Gestamp, el 59% de los jóvenes considera que la FP es crucial para acceder al empleo debido a su alta empleabilidad. Los resultados indican que casi el 70% de los encuestados valora positivamente esta opción académica por su especialización y aprendizaje práctico. Además, el 45,6% cree que la FP ofrece más salidas laborales que la universidad. En 2022, el 39,2% de los estudiantes españoles cursaban FP, frente al 49% en Europa, lo que refleja un potencial de crecimiento significativo.
Uno de los principales desafíos que enfrenta la FP es la brecha de género en sus diversas áreas de estudio. Las mujeres tienden a concentrarse en sectores menos técnicos, lo que limita su acceso a oportunidades laborales mejor remuneradas. La investigación destaca que los varones reciben más orientación sobre la FP que las mujeres, lo que influye en sus elecciones formativas. Esta disparidad se manifiesta claramente en las áreas de estudio, donde solo un 9% de las mujeres elige informática y comunicaciones, frente al 24,1% de los hombres.
La segregación en las áreas de estudio tiene un impacto directo en la participación femenina en la FP. Mientras que la matrícula femenina ha aumentado hasta representar el 46,5% del estudiantado en el curso 2022-2023, la mayoría de las mujeres se inclina hacia sectores como sanidad y servicios sociales. Esto contrasta con la predominancia masculina en campos técnicos como la informática y la electrónica. Los estereotipos siguen influyendo en las decisiones educativas, lo que limita las oportunidades de las mujeres en sectores con mayor demanda y mejores salarios. Para abordar este desafío, es crucial mejorar la orientación y promover una mayor diversidad en todas las áreas de la FP.