En la Ciudad de México, una innovadora estrategia está transformando la forma en que se aborda el desafío de las personas desaparecidas. Los Buzones de Paz, pequeños contenedores ubicados principalmente dentro de parroquias y escuelas, han demostrado ser instrumentos valiosos para recopilar pistas sobre posibles paraderos. Esta iniciativa, impulsada por la Brigada Nacional de Búsqueda, ha comenzado a extenderse por todo el país, mostrando resultados prometedores en estados como Veracruz y Guerrero. La colaboración entre la sociedad y las familias afectadas se fortalece mediante esta herramienta anónima, que no solo proporciona información crucial, sino también un mensaje de solidaridad y esperanza.
El proyecto fue implementado inicialmente en el Ajusco hace cuatro meses, donde se colocaron cerca de diez buzones en diferentes iglesias. Este experimento ha rendido frutos significativos, ya que gracias a la información recibida, se logró localizar a una persona con vida. Además, durante una búsqueda organizada por colectivos locales, se encontraron restos humanos en un lugar señalado a través de uno de estos buzones. Paola Clerico, miembro del Eje Iglesias y Espiritualidades de la Brigada Nacional, destacó que estos dispositivos sirven como un puente directo entre la comunidad y las familias buscadoras, quienes son las únicas autorizadas para revisar el contenido.
Francisco Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, resaltó que la iniciativa ha trascendido fronteras geográficas, llegando incluso a Morelos y Estado de México, especialmente en Ecatepec. En Veracruz, los buzones se han convertido en receptores de cartas llenas de cariño y apoyo emocional para las familias que sufren la ausencia de sus seres queridos. Estas misivas ofrecen tanto consuelo como información relevante para las búsquedas. El obispo anunció planes futuros para instalar un Buzón de Paz en la Basílica de Guadalupe, junto con un Centro de Escucha, y celebrar una misa mensual en honor a los desaparecidos, abierta a todas las familias sin importar su fe religiosa.
Esta innovadora estrategia no solo ha ayudado en la búsqueda de personas desaparecidas, sino que también ha creado una red de apoyo emocional y espiritual. Al conectar directamente a la sociedad con las familias afectadas, los Buzones de Paz han abierto nuevas vías de comunicación y colaboración, demostrando que la solidaridad puede ser una poderosa herramienta en momentos difíciles. La expansión de este proyecto a nivel nacional promete fortalecer aún más estos lazos comunitarios mientras se busca dar respuesta a una problemática tan sensible.