En el mundo del motociclismo, pocas rivalidades han marcado tanto como la que existe entre Valentino Rossi y Marc Márquez. Una década después de aquel controvertido incidente en Sepang 2015, donde las acciones de Márquez llevaron a Rossi a perder su oportunidad de obtener un décimo campeonato mundial, las heridas siguen abiertas. Este evento no solo definió sus carreras deportivas, sino también su relación personal, llevándola desde una amistad sincera hasta una cordialidad fría. Desde entonces, cada encuentro o declaración ha reavivado viejas tensiones, especialmente cuando figuras cercanas a Rossi, como Uccio Salucci y Graziano Rossi, critican públicamente al español.
En un otoño lleno de emociones fuertes, durante el Gran Premio de Malasia de 2015, ocurrió un momento decisivo que transformaría para siempre la dinámica entre dos grandes leyendas del motociclismo. En esa ocasión, Marc Márquez protagonizó un movimiento polémico en la pista que terminó con Rossi cayendo de su moto. Aunque inicialmente parecía que este incidente sería superado rápidamente, la posterior sanción impuesta a Rossi en Valencia dejó al italiano sin posibilidades de alcanzar el título ese año. En lugar de ello, fue Jorge Lorenzo quien se coronó campeón mundial, añadiendo más sal a la herida de Rossi.
Desde ese instante, la tensión entre ambos pilotos creció exponencialmente. En el GP de Argentina 2018, nuevamente hubo un choque entre ellos, esta vez con Márquez provocando otra caída de Rossi. Estos enfrentamientos continuaron siendo tema central en los años siguientes, alimentados por declaraciones incendiarias de ambas partes. A pesar de que Rossi se retiró oficialmente del paddock de MotoGP a finales de 2021, su descontento hacia Márquez sigue vivo, reflejándose en entrevistas recientes donde acusa al español de sabotaje y critica su estilo de conducción.
Además, el entorno de Rossi tampoco ha quedado indiferente. Su mano derecha, Uccio Salucci, y su padre, Graziano Rossi, han expresado repetidamente su apoyo a otros pilotos italianos como Pecco Bagnaia y Franco Morbidelli, dejando claro su postura frente a Márquez. Esta situación evidencia cómo una simple competición deportiva puede convertirse en una disputa mucho más profunda y duradera.
Desde la perspectiva de un periodista, esta rivalidad entre Rossi y Márquez es un ejemplo fascinante de cómo las emociones humanas pueden influir profundamente en el deporte. Más allá de los triunfos y derrotas, esta historia nos enseña sobre la importancia del respeto mutuo incluso en momentos de alta competencia. Aunque sus diferencias parecen irreconciliables, queda la esperanza de que algún día puedan mirar atrás y valorar lo que compartieron en las pistas antes que lo que los separó.