En un esfuerzo por abordar las amenazas migratorias que se avecinan con la presidencia de Donald Trump, varios países de América Latina y el Caribe han realizado una reunión crucial. Los representantes diplomáticos de estas naciones se congregaron en la capital mexicana para discutir estrategias conjuntas que garanticen una gestión responsable y humana de la movilidad humana en la región. El encuentro tuvo como objetivo central proteger los derechos de los migrantes y promover una cooperación internacional efectiva para enfrentar este fenómeno desde sus raíces.
El jueves pasado, en la Ciudad de México, se llevó a cabo una importante asamblea entre altos funcionarios de diez países latinoamericanos y caribeños. Este evento, denominado “Reunión sobre Movilidad Humana en la Ruta Norte del Continente”, buscaba formular un plan común frente a las posibles deportaciones masivas anunciadas por Trump tras su retorno al poder. Participaron delegados de naciones como Belice, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México y Venezuela.
Los participantes acordaron enfocarse en diversas áreas clave, incluyendo la protección de los derechos humanos de los migrantes, la prevención de abusos y maltratos, así como la promoción de políticas migratorias regulares y seguras. Además, se destacó la importancia de fortalecer la cooperación internacional para abordar las causas estructurales y coyunturales del fenómeno migratorio, tanto en origen como en tránsito y destino.
Antes de esta reunión, Colombia, México y Honduras ya habían iniciado conversaciones preliminares para coordinar una posición unificada de la región ante la administración entrante de Trump. El canciller colombiano Luis Gilberto Murillo expresó que la llegada de Trump plantea nuevas expectativas y desafíos para toda la región, subrayando la necesidad de encontrar puntos de acuerdo en temas migratorios.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también contribuyó a impulsar este encuentro, mencionando en su conferencia matutina la importancia de continuar con las iniciativas regionales iniciadas durante la presidencia anterior. La colaboración entre estos países busca no solo responder a las amenazas inminentes, sino también establecer un marco duradero para la gestión ordenada y humana de la migración en el futuro.
Con la participación activa de múltiples actores regionales, esta reunión representa un paso significativo hacia una respuesta coordinada y solidaria frente a los desafíos migratorios. Las naciones involucradas han demostrado su compromiso con la protección de los derechos humanos y la búsqueda de soluciones integrales que beneficien tanto a los migrantes como a las comunidades receptoras. Esta acción colectiva marca el inicio de una nueva etapa de cooperación regional en materia migratoria.