En el circuito de Phillip Island, escenario del primer test del Mundial de Superbike, se vivió un día intenso donde las marcas mostraron sus cartas. El equipo Ducati destacó con fuerza, liderado por Nicoló Bulega, quien marcó el mejor tiempo con 1:28.765. Este resultado se sitúa apenas dos décimas por encima del récord que estableció el año pasado. Andrea Iannone, corriendo para el equipo GoEleven, completó una notable actuación al colocarse segundo, a solo cuatro décimas de su compatriota. Mientras tanto, Álvaro Bautista, otro piloto español, finalizó en quinta posición, expresando su satisfacción por recuperar sensaciones que le permiten pilotar con confianza.

El campeón defensor Toprak Razgatlioglu, montando una BMW, obtuvo el tercer lugar, aunque no sin contratiempos; sufrió una caída en la curva seis durante los primeros compases de los entrenamientos. A pesar de esto, logró mantenerse competitivo. Por otro lado, Jonathan Rea, uno de los favoritos, tuvo un día desafortunado. En la primera sesión, el piloto norirlandés cayó en la curva dos y fue trasladado al centro médico, donde se diagnosticaron múltiples fracturas en su pie izquierdo. Como resultado, fue declarado inapto para continuar con el test y las carreras del fin de semana. Esta situación deja un vacío importante en la competición y pone a prueba la resiliencia de los equipos y pilotos presentes.

La jornada también dejó otros resultados notables. Alex Lowes, con la Bimota KB998, cerró el top-6, mientras que Xavi Vierge y Tito Rabat ocuparon posiciones más modestas, noveno y decimoquinto respectivamente. Iker Lecuona, aún en proceso de recuperación de una lesión en una costilla, terminó vigésimo segundo. Estos primeros entrenamientos son cruciales para ajustar detalles y prepararse para el inicio oficial del campeonato. A pesar de los contratiempos, el espíritu deportivo y la determinación prevalecen, demostrando que el mundo del motociclismo sigue siendo un campo de batalla emocionante y lleno de desafíos.