La necesidad de ajustar los límites de estas áreas protegidas surge de la identificación de inconsistencias cartográficas y científicas. Estos errores han llevado a la inclusión de superficies que nunca albergaron valores Natura 2000 y que, en la actualidad, tampoco presentan tales características. La Comisión Europea reconoce estos fallos como válidos para la exclusión de ciertas áreas del sistema de protección.
Desde el inicio de este proceso, se ha promovido la participación ciudadana y la transparencia. Durante la fase de consulta previa, se recibieron diversas respuestas provenientes de entidades estatales, ayuntamientos, asociaciones conservacionistas y propietarios de terrenos. Entre las sugerencias, solo la del Ministerio para la Transición Ecológica fue aceptada en su totalidad, mientras que otras dos fueron parcialmente incorporadas. El resto de las propuestas no fueron consideradas viables.
Este enfoque participativo asegura que todas las voces relevantes sean escuchadas, lo cual es fundamental para garantizar que los ajustes propuestos sean justos y basados en evidencia científica sólida. La inclusión de opiniones diversas contribuye a fortalecer la legitimidad del proceso y a mejorar la calidad de las decisiones tomadas.
Los ajustes propuestos afectarán un total de 7.297,93 hectáreas de la superficie protegida en Extremadura, lo que representa aproximadamente un 0,6% del territorio actualmente protegido. Esta reducción, aunque modesta en términos porcentuales, tiene implicaciones significativas para la gestión y conservación de estas áreas. Por ejemplo, la ZEPA Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes será la más impactada, con un recorte de 2.349 hectáreas.
El término municipal de Cáceres también verá una notable disminución, con una reducción de 1.423 hectáreas. Estos cambios reflejan la necesidad de ajustar los límites de manera precisa, evitando la inclusión de áreas que no cumplen con los criterios de protección establecidos por la Red Natura 2000. Esto permitirá concentrar los esfuerzos de conservación en zonas donde realmente son necesarios.
El principal objetivo de esta modificación es corregir errores pasados y garantizar que las áreas protegidas estén bien definidas y efectivas en su propósito de conservación. Al eliminar superficies que no cumplen con los requisitos de protección, se puede optimizar el uso de recursos y enfocarse en las áreas críticas para la biodiversidad. Además, esto facilitará la gestión administrativa y reducirá posibles conflictos entre la conservación y el desarrollo local.
Es importante destacar que estos ajustes no suponen una descatalogación de espacios incluidos en la Red Natura 2000. Por el contrario, buscan mejorar la coherencia y precisión de los límites, asegurando que las áreas protegidas sean verdaderamente representativas de los valores naturales que deben preservarse. Este proceso refuerza el compromiso de Extremadura con la conservación del medio ambiente y la biodiversidad, adaptándose a los desafíos actuales y futuros.