En este artículo, Manuel Lozano Serna, presidente del Grupo Multimedia de Comunicación ‘La Cerca’, reflexiona sobre el papel crucial que los medios de comunicación y la política deben desempeñar para fortalecer la sociedad. Destaca la necesidad de promover un periodismo crítico e independiente y una política al servicio del bien común, alejada de la confrontación partidista. Enfatiza la importancia de denunciar la burocracia excesiva y fomentar el diálogo constructivo entre líderes políticos y ciudadanos.
El autor subraya que los medios de comunicación tienen la responsabilidad de ser guardianes de la democracia, promoviendo un periodismo que pone en el centro a las personas. Este tipo de periodismo debe fomentar debates constructivos y denunciar injusticias con valentía. Desde su plataforma, 'La Cerca' reafirma su compromiso con un periodismo libre y plural, que sirva como base para una ciudadanía empoderada y crítica.
Manuel Lozano Serna explica que la prensa no solo refleja la realidad, sino que también juega un papel fundamental en la construcción de una sociedad más justa e informada. Los medios deben ejercer una labor crítica e independiente, evitando intereses particulares o presiones políticas. Un periodismo centrado en las personas puede ayudar a crear una ciudadanía activa y consciente, capaz de exigir a sus representantes una política digna y responsable. Además, enfatiza que la información libre y plural es esencial para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas y participar activamente en la vida pública.
Lozano Serna aboga por un cambio profundo en la forma de hacer política, instando a los líderes a priorizar el diálogo y el consenso sobre la confrontación. Critica la beligerancia política y la escalada de prácticas dañinas que atentan contra los valores democráticos y el bienestar colectivo. La administración sobredimensionada y la burocracia excesiva son obstáculos que deben superarse para mejorar la eficiencia y la conexión entre instituciones y sociedad.
Destaca la necesidad de que los políticos se comporten como servidores públicos comprometidos con la construcción de un futuro más próspero y equitativo para todos. El autor argumenta que la diversidad de opiniones no es una amenaza, sino una riqueza que debe ser valorada y promovida. Llama a la sociedad a exigir y construir una política que esté al servicio del bien común, donde la información veraz y las herramientas para la reflexión crítica sean fundamentales. Concluye con un llamado a la esperanza y un compromiso compartido para cambiar el rumbo hacia una sociedad más justa y democrática.