En una actuación excepcional, el equipo Ferrari demostró su superioridad durante la carrera de WEC celebrada en Ímola. Con su unidad #51 liderando desde el inicio, los pilotos Giovinazzi, Calado y Pier Guidi no solo mantuvieron el ritmo sino que también consolidaron su posición como líderes del campeonato mundial. Aunque los periodos bajo coche de seguridad introdujeron momentos de incertidumbre, el rendimiento completo del Ferrari destacó con claridad. Mientras tanto, otras escuderías como BMW y Alpine aprovecharon desafíos estratégicos para alcanzar posiciones inesperadas. En la categoría GT, un incidente involucrando al BMW de Valentino Rossi modificó significativamente el panorama final.
En una jornada llena de emociones, el circuito de Ímola presenció un desempeño impecable por parte del Ferrari #51. Desde el comienzo, este vehículo mostró un dominio indiscutible, estableciendo un ritmo difícil de igualar por sus competidores. Los períodos de coche de seguridad fueron los únicos momentos donde otros equipos lograron acortar distancias. Sin embargo, estas interrupciones apenas afectaron a un auto que combinaba velocidad, eficiencia en neumáticos y estrategia perfecta. Por otro lado, el Ferrari privado #83 sufrió complicaciones relacionadas con el combustible, lo que comprometió su aspiración al podio.
La unidad #50 de Miguel Molina enfrentó dificultades adicionales, comenzando desde la última posición pero logrando avanzar hasta el cuarto lugar gracias a la determinación de Nielsen y Fouco. Sin embargo, decisiones estratégicas cuestionables y un incidente con el Toyota #8 terminaron relegándolos al decimoquinto puesto. Este revés dejó al equipo en tercer lugar en el campeonato, a doce puntos de su compañero de equipo.
Mientras tanto, las condiciones cambiantes hacia el final de la carrera, incluyendo una breve aparición de agua sobre la pista, alteraron planes previstos. Esto permitió que BMW y Alpine se beneficiaran de las circunstancias para obtener resultados sobresalientes. El BMW #20 y el Alpine #36 subieron al podio, marcando un hito importante para ambas marcas.
En la categoría GT, el BMW #46 de Valentino Rossi parecía encaminado hacia la victoria hasta que un toque con el Ferrari #21 le costó una penalización. Esta situación abrió camino para que el Porsche 911 de Mancthey reclamara el primer lugar, seguido por un Lexus #78. El español Dani Juncadella mostró una remontada impresionante con su Corvette, finalizando séptimo.
Desde otra perspectiva, Toyota salvó puntos importantes con su GR010 Hybrid #8, mientras Porsche y Peugeot completaron el Top-10 con actuaciones consistentes.
Esta carrera en Ímola ofrece múltiples lecciones sobre la importancia de la consistencia y la estrategia en el automovilismo de alto nivel. La capacidad del Ferrari #51 para mantener un control absoluto demuestra cómo la preparación adecuada puede superar adversidades momentáneas. Sin embargo, también resalta cómo pequeños errores o decisiones equivocadas pueden cambiar drásticamente el destino de un equipo, como ocurrió con el Ferrari #50 y el BMW de Rossi. Finalmente, esta edición del WEC nos recuerda que incluso en medio del caos, siempre hay oportunidades para aquellos que estén listos para aprovecharlas.