La icónica marca británica ha anunciado su participación oficial en el legendario rally Dakar, marcando un hito importante para la industria automotriz. Defender se posiciona como vehículo oficial de la competencia y prepara su debut en las pistas para el próximo otoño. Este proyecto, desarrollado en colaboración con Prodrive, busca demostrar la capacidad off road del modelo original. La estrategia se centra en la categoría Stock, donde el Defender competirá con vehículos de producción, destacando su autenticidad y versatilidad.
En el dorado y desértico escenario del próximo otoño, la marca británica dará inicio a una nueva etapa en el mundo del off road. Defender no solo patrocinará el Dakar, sino que también competirá activamente durante tres años, presentándose en todas las pruebas del Campeonato Mundial de Rally Raid. Esta decisión estratégica se fundamenta en la esencia misma del Defender, un vehículo pionero en tracción a las cuatro ruedas.
El equipo ya está trabajando intensamente para cumplir con los plazos y reglamentos actualizados de la categoría Stock. En lugar de optar por la categoría reina T1+, Defender ha elegido un camino más auténtico, demostrando que su versión de producción puede enfrentarse a las exigencias del Dakar. Esta apuesta tiene como objetivo conectar directamente con los consumidores, quienes podrán ver en acción el mismo vehículo que conducen en la ciudad.
La preparación incluye la búsqueda de pilotos experimentados, conscientes de que en el Dakar, llegar a la meta es tan importante como la velocidad. El equipo espera que esta iniciativa inspire a otros fabricantes a unirse a la categoría Stock, enriqueciendo aún más las carreras off road a nivel mundial.
Desde la perspectiva de un periodista especializado, esta incursión de Defender en el Dakar representa un momento crucial para el automovilismo. No solo muestra el potencial de los vehículos todoterreno modernos, sino que también abre nuevas oportunidades para que los consumidores vean en acción el coche que conducen diariamente. Es un paso audaz que podría marcar el futuro de las competiciones off road y cambiar la forma en que las marcas interactúan con sus clientes.