El evento enfrentó dificultades significativas durante la etapa previa, lo que resultó en varios competidores retirándose. Para asegurar el bienestar de los participantes, se implementaron cambios cruciales en el itinerario y horarios. Además, se modificaron las distancias para adaptarse a las condiciones imprevistas.
Debido a complicaciones surgidas en la jornada anterior, hubo necesidad de reorganizar aspectos logísticos esenciales del rally. Los organizadores tomaron medidas para facilitar el traslado seguro de vehículos y competidores hacia la siguiente etapa. Se decidió ajustar los tiempos de partida para cada categoría de vehículos.
La víspera presentó retiros inesperados que obligaron a detener temporalmente algunos helicópteros en ruta. Con el objetivo de garantizar un desplazamiento eficiente hasta la especial del día siguiente, se optó por postergar las horas de inicio. Las motocicletas comenzarían su recorrido a las 6:00 hora peninsular, seguidas por los automóviles media hora después. Esta decisión buscaba optimizar la coordinación y seguridad general.
Ante las circunstancias adversas, también se revisaron las rutas programadas para reducir posibles riesgos. Esto implicó cambiar puntos de partida y acortar trayectos planeados inicialmente.
Con el propósito de mitigar los efectos de las dificultades experimentadas, se tomó la decisión de modificar la longitud total del periplo. El nuevo punto de partida se estableció en el segundo waypoint previsto. En consecuencia, las motocicletas tendrían que cubrir 412 kilómetros, una reducción de 50 kilómetros respecto al plan original. Por su parte, los coches realizarían un trayecto de 418 kilómetros, representando una disminución de 70 kilómetros frente a lo inicialmente proyectado. Estos cambios buscan proporcionar un equilibrio entre el desafío competitivo y la seguridad de los participantes.