El despliegue de tropas y vehículos blindados en el Catatumbo ha intensificado los esfuerzos por restablecer la paz en una región azotada por décadas de violencia. Las Fuerzas Militares de Colombia han implementado estrategias avanzadas para neutralizar la amenaza del ELN y otras organizaciones insurgentes que han causado innumerables desplazamientos y pérdidas humanas.
Las autoridades han informado sobre el decomiso de 55 fusiles, dos ametralladoras, un rifle de francotirador, 25 pistolas, 80 granadas de mortero, una tonelada de explosivos, 300 minas antipersonales, y más de 20 mil municiones. Este arsenal, perteneciente a la Estructura 33 del Bloque Magdalena Medio, representa un golpe significativo a sus capacidades operativas.
Además, con la entrega voluntaria de 65 miembros de este frente, se ha logrado el sometimiento a la justicia de un total de 104 integrantes, incluyendo 20 menores de edad. Este avance judicial no solo reduce la capacidad de acción de estos grupos, sino que también proporciona oportunidades para la reintegración social de excombatientes.
La ofensiva militar en la región del Catatumbo se ha intensificado desde el pasado 16 de enero, cuando el ELN inició combates con la Estructura 33. Según declaraciones del ministro de Defensa, Iván Velásquez, las tropas están avanzando rápidamente en la zona en conflicto, lo que ha resultado en la primera confrontación en el municipio de El Tarra entre la Fuerza de Despliegue Rápido número tres y el ELN.
Para fortalecer la seguridad, el Ejército ha desplegado vehículos blindados ASV equipados con ametralladoras y lanzagranadas. Estos recursos tecnológicos son cruciales para disuadir ataques y proteger a las comunidades locales. Recientemente, las tropas del Grupo de Caballería Mecanizado número cinco fueron atacadas mediante un artefacto explosivo improvisado en Palmarito, área rural de Cúcuta, sin embargo, no hubo lesionados.
La crisis de inseguridad en el Catatumbo ha dejado un saldo de más de 40 mil desplazados y una cifra indeterminada de muertos que podría estar cerca de los 80, según estimaciones de la Gobernación de Norte de Santander. Esta situación ha generado una urgente necesidad de intervención gubernamental para brindar asistencia a las víctimas y estabilizar la región.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, anunció que se implementarán transformaciones significativas en el territorio, incluyendo la estabilización de más de 400 firmantes de paz, la priorización de la sustitución de cultivos ilícitos y la mejora en la caracterización de desplazados para ofrecer ayudas más efectivas. Además, el presidente Gustavo Petro liderará un Consejo de Ministros en Ocaña para firmar los primeros decretos de Conmoción Interior, declarados en la región para hacer frente a la emergencia.