El sueño se divide en fases, entre ellas el REM y el NREM. Tradicionalmente, se consideraba que el REM era el más reparador. Sin embargo, los estudios recientes han mostrado los beneficios del sueño NREM. Un estudio de la Universidad Rice y otros centros dio a conocer nuevas perspectivas sobre cómo este tipo de sueño impacta en las funciones cerebrales. Los investigadores realizaron un experimento utilizando macacos y observaron un aumento en la actividad de las ondas delta de baja frecuencia y en la sincronización de las neuronas. Esto sugiere que el sueño NREM facilita la sincronización neuronal para mejorar la memoria.
Durante el sueño NREM, las neuronas experimentan un aumento en las ondas delta, lo que optimiza su capacidad para procesar información. Además, después del sueño, las neuronas se desincronizan, aumentando su capacidad para procesar información de manera más eficiente. Esto es una parte fundamental del proceso de consolidación de la memoria y del mejora en el procesamiento de tareas cognitivas.
Los beneficios del sueño NREM son significativos. En un experimento con macacos, se observó que después de un periodo de 30 minutos de sueño NREM, los animales mejoraron su rendimiento en una tarea de discriminación visual. Esto sugiere que incluso una corta siesta tiene un impacto importante en las habilidades cognitivas. Los investigadores también intentaron replicar estos beneficios sin que los animales durmieran, utilizando estimulación eléctrica de baja frecuencia. Resultados sorprendentes mostraron que esta estimulación podía mejorar el rendimiento en tareas visuales, abriendo nuevas posibilidades para el futuro.
Si se pueden replicar estos efectos mediante estimulación cerebral, podrían ser útiles en situaciones donde el sueño es limitado o imposible. Esto incluye a personal de rescate, militares, astronautas y otras personas en situaciones extremas. Además, estos estudios sugieren que los beneficios del sueño NREM pueden ir más allá de la mejora cognitiva, abriendo la puerta a nuevas formas de intervención para tratar problemas de rendimiento cerebral asociados con la falta de sueño.
El descubrimiento de que es posible mejorar la función cerebral mediante una breve siesta o estimulación eléctrica tiene varias implicaciones prácticas. Valentin Dragoi sugirió que estas investigaciones podrían mejorar el rendimiento cognitivo en personas que padecen trastornos del sueño o en quienes no pueden dormir lo suficiente debido a sus profesiones. Esto podría ser una herramienta valiosa en diferentes contextos.
En resumen, el estudio sobre el sueño NREM ha traído nuevas perspectivas en la ciencia cerebral. Los beneficios son evidentes y abren nuevas posibilidades para el futuro. Continúa explorando cómo podemos aprovechar estos descubrimientos para mejorar nuestra salud cerebral.