El exgobernador de Morelos, una figura política prominente, se encuentra en el ojo del huracán debido a serias acusaciones que incluyen corrupción, desvío de recursos y un supuesto abuso sexual. A pesar de que no se han presentado acciones legales concretas contra él, las investigaciones continúan avanzando. Su partido político, Morena, ha mantenido una postura defensiva, aunque la presión pública aumenta. La situación se complica aún más con nuevas denuncias sobre vínculos con el crimen organizado y conductas inapropiadas durante su mandato.
En los últimos días, las acusaciones contra el exfuncionario han ganado impulso. La hermanastra del exgobernador, Nidia Fabiola Blanco, ha decidido romper su silencio y presentar una denuncia por violación. Según su representante legal, Rodrigo Dorantes, ella ha estado recolectando valor para hablar públicamente sobre los eventos ocurridos en diciembre de 2023. Durante su tiempo trabajando en el gobierno estatal, Nidia vivía en Residencia Morelos, la casa oficial del gobernador, donde asegura haber sido víctima de abusos. Estas acusaciones han reavivado las sospechas sobre el exgobernador y sus allegados.
Además de las acusaciones personales, el exgobernador enfrenta múltiples denuncias relacionadas con supuestas malas prácticas administrativas durante su gestión. Se le acusa de desviar alrededor de 40 millones de pesos del erario público, lo cual ha llevado a la apertura de varias investigaciones penales. Estas acusaciones no son nuevas; desde finales de 2021, la fiscalía anticorrupción del estado ha recibido denuncias por malversación de fondos que involucran al entorno cercano del exgobernador. Las autoridades ahora buscan profundizar en estas investigaciones, pero enfrentan obstáculos legales debido a la protección parlamentaria que el exgobernador aún mantiene como diputado federal.
La controversia también se extiende a posibles vínculos con grupos criminales. Imágenes publicadas recientemente muestran al exgobernador junto a individuos sospechosos de pertenecer a carteles de droga. Estas fotografías han alimentado las sospechas sobre sus asociaciones y conductas durante su tiempo en el cargo. Aunque el exgobernador ha negado todas las acusaciones, la Fiscalía del Estado sigue recopilando pruebas para determinar si hay suficientes elementos para proceder legalmente.
Mientras tanto, la opinión pública y políticos de la oposición exigen mayor transparencia y justicia. Los llamados para que se retiren las protecciones legales del exgobernador se intensifican, especialmente dentro del Congreso federal, donde Morena tiene mayoría. La situación pone a prueba no solo la integridad del exgobernador, sino también la capacidad del sistema judicial para actuar de manera imparcial frente a figuras políticas poderosas. Con cada nueva revelación, la presión para que se haga justicia aumenta, dejando poco margen para maniobras políticas.