La Ley Activa tendrá como principales objetivos promover la excelencia de la investigación para situarla a la vanguardia del conocimiento y fomentar la conexión entre universidad y empresa. De igual modo, pretende facilitar la colaboración público-privada en la financiación y el mecenazgo, así como favorecer la internacionalización y la integración europea de la ciencia andaluza.
En los 17 años transcurridos, la ciencia de la región necesita actualizar sus estructuras y potenciar una mayor relación entre universidades, empresas y sociedad y una mayor transferencia del conocimiento. Además, se busca dotar de más protagonismo al sector privado en la inversión de I+D+I y aumentar la gobernanza y la coordinación del sistema del conocimiento.
El Sistema Andaluz de Investigación de Excelencia (Saiex) reconocerá a los agentes más destacados de la comunidad científica regional mediante una certificación oficial basada en indicadores objetivos y homologables en el escenario internacional. Dicho sistema estará integrado por el Instituto Andaluz de Investigación Avanzada (I2A2), las Unidades de Investigación Competitivas y las Unidades de Excelencia de Investigación y aquellos agentes del sistema del conocimiento que hayan obtenido el certificado correspondiente.
El I2A2 será una entidad pionera diseñada para captar y retener el mejor talento científico nacional e internacional. Actuará como puente entre la investigación básica y la aplicada promoviendo proyectos disruptivos en áreas estratégicas y tendrá la capacidad de atraer a investigadores de renombre mundial, fortaleciendo a Andalucía como polo de investigación internacional.
Para favorecer la interrelación entre el sistema de educación superior y el tejido empresarial, el nuevo marco regulador establecerá por primera vez las Unidades de Innovación Conjunta. En estas, investigadores y empresas trabajarán juntos para llevar el conocimiento a sectores estratégicos como la salud, la energía o la digitalización.
Estas Unidades de Innovación Conjunta son una herramienta clave para fomentar la innovación y la colaboración entre universidad y empresa, permitiendo a las empresas acceder a la investigación científica y a los investigadores a conocer las necesidades reales de las empresas.
En el ámbito privado, se fomentará la innovación a través de la figura de las Unidades de I+D+I Empresarial. Estas estructuras se focalizarán fundamentalmente en el desarrollo experimental y estarán orientadas a satisfacer las necesidades de sus empresas titulares.
Permiten al tejido productivo acceder a incentivos dirigidos a agentes del conocimiento, fomentando la innovación y la transferencia del conocimiento desde las empresas hacia la investigación.
Con el objetivo de contribuir a la excelencia del sistema, se configuran dos nuevas figuras. La primera es el personal tecnólogo, con competencia en tecnología aplicada para el diseño de productos en su área de actuación. Y la segunda es el colaborador científico de la Junta de Andalucía, que puede ser cualquier investigador que colabore en tareas de elaboración o gestión de los planes de I+D+I.
Estas nuevas figuras son esenciales para fomentar la innovación y la colaboración entre diferentes actores del sistema científico y empresarial.
La futura Ley Activa propone mejorar la gobernanza del sistema andaluz del conocimiento con la creación de tres nuevos órganos. La Comisión Interdepartamental de Investigación, Tecnología e Innovación estará presidida por el presidente de la Junta de Andalucía; el Consejo Asesor de Investigación, Tecnología e Innovación para Andalucía será un órgano consultivo de reflexión, debate y asesoramiento, y el Comité para la Integridad Científica de Andalucía será un ente colegiado, independiente y de carácter consultivo sobre materias relacionadas con la ética profesional en la investigación científica y técnica.
Estas nuevas estructuras de gobernanza ayudarán a mejorar la coordinación y la eficiencia del sistema de ciencia en Andalucía.
Desde el Ejecutivo autonómico se considera esencial que la ciencia andaluza trascienda fronteras y que la comunidad sea capaz de exportar innovación, atraer talento y estar presente en aquellos órganos, sobre todo europeos, en donde se toman las decisiones más trascendentales relativas a la financiación de la I+D.
La Ley Activa busca fomentar la internacionalización de la ciencia andaluza, permitiendo que la región sea un actor clave en el escenario internacional de la investigación.