En un comunicado emitido el viernes, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) confirmó que, pese a su disolución oficial mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, los derechos humanos relacionados con el acceso a la información y la protección de datos personales seguirán protegidos dentro del marco constitucional de México. El INAI destacó que estos derechos solo podrán ser plenamente ejercidos mediante la demanda ciudadana activa.
El 20 de diciembre de 2024, en un momento crucial para la transparencia en México, el INAI anunció que, aunque dejará de existir como institución autónoma, los principios fundamentales que defendió durante más de dos décadas no se perderán. Este organismo ha jugado un papel crucial en la lucha contra la corrupción y en la protección de derechos humanos, revelando casos notables como las fosas clandestinas de San Fernando y los expedientes Ayotzinapa y Tlatlaya.
Desde su fundación, el INAI ha sido una voz esencial en la apertura de información pública, lo cual ha permitido desentrañar hechos graves y garantizar justicia para comunidades vulnerables. A pesar de su disolución, el INAI enfatizó que la regulación secundaria debe establecer un nuevo modelo de garantía que asegure procesos claros y herramientas eficientes para el ejercicio rápido y sencillo de estos derechos.
El INAI reafirmó su compromiso hasta el último día, trabajando incansablemente para preservar los derechos humanos que han sido su razón de ser desde su creación.
Desde la perspectiva de un periodista, este cambio en el panorama institucional de México nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la participación ciudadana en la defensa de nuestros derechos fundamentales. La disolución del INAI subraya la necesidad de que los ciudadanos estén más involucrados y conscientes de sus derechos, asegurando que estas libertades sigan siendo respetadas y protegidas en un entorno cada vez más complejo. Es crucial que la sociedad mexicana mantenga viva la llama de la transparencia y la rendición de cuentas.