Un informe reciente revela que un alto oficial de las Fuerzas Armadas Libanesas ha estado proporcionando información clasificada a miembros de Hezbolá durante el cese del fuego con Israel. Según fuentes anónimas, este oficial, responsable de la inteligencia militar en el sur del Líbano, compartió datos cruciales desde una sala de control supervisada por Estados Unidos, Francia y la ONU. Este acto podría comprometer significativamente la seguridad y estabilidad en la región.
El jefe de inteligencia militar para el sur del Líbano, identificado como Suhil Bahij Gharb, presuntamente filtró información vital a Hezbolá desde una sala de control operada por funcionarios internacionales encargados de monitorear el alto el fuego entre Israel y el grupo respaldado por Irán. Esta sala estaba diseñada para garantizar que se cumplieran los términos del acuerdo, incluyendo la retirada de Hezbolá al norte del río Litani y el desmantelamiento de infraestructuras militares en el sur del país. Sin embargo, la presencia de Gharb en esta sala fue autorizada bajo presión del alto mando de Hezbolá.
Además, se reporta que Gharb no es el único oficial involucrado en estas actividades. Un documento de inteligencia internacional sugiere que decenas de oficiales libaneses han ayudado a Hezbolá, alertándolos sobre operaciones inminentes y permitiéndoles mantener armamento cerca de la frontera, lo cual viola directamente los términos del alto el fuego. Estas acciones ponen en duda la capacidad del ejército libanés para controlar efectivamente el sur del Líbano, tal como se acordó.
Las preocupaciones sobre la integridad del ejército libanés y su capacidad para cumplir con sus obligaciones en el sur del Líbano son cada vez mayores. El informe indica que Hezbolá utiliza información interna y sensible obtenida de estos oficiales para ocultar sus actividades ante las entidades de seguridad internacionales. Esto plantea serias dudas sobre la efectividad del acuerdo de alto el fuego y la seguridad en la región. Las implicaciones de estas filtraciones podrían tener consecuencias duraderas para la estabilidad en el Medio Oriente.