El inicio del año 2025 ha sido testigo de un alarmante fenómeno. En apenas el primer mes, dos destacados profesionales de la información han perdido la vida bajo circunstancias trágicas. Este sábado se confirmó el fallecimiento de un respetado comunicador y docente, lo cual ha conmocionado a la comunidad periodística. La preocupación crece ya que este incidente sigue de cerca otro ocurrido a principios de enero, donde un colega también fue víctima de violencia.

La situación actual refleja una grave amenaza hacia la libertad de expresión. Cada caso representa no solo una pérdida individual, sino un ataque directo contra el derecho fundamental de informar y ser informado. Estos eventos han provocado una ola de indignación y exigencias para que se tomen medidas urgentes. Las voces piden protección efectiva y justicia para quienes ejercen este papel esencial en la sociedad.

Es imperativo que se implementen acciones contundentes para garantizar la seguridad de los periodistas. Su labor es crucial para mantener un tejido social sano y transparente. Proteger a estos guardianes de la verdad es proteger los pilares mismos de una democracia sólida. Es momento de actuar con firmeza y determinación para revertir esta tendencia preocupante.