La importancia de una colaboración efectiva entre autoridades y ciudadanos se pone de manifiesto en el caso del proyecto de paso a desnivel en la avenida Fray Diego. Los residentes, representados por el colectivo Saucito Unido, han proporcionado valiosas contribuciones que buscan integrarse en la nueva propuesta. La arquitecta María del Carmen Ramírez Ramos ha instado al gobierno municipal a reunir toda esta información para un replanteamiento integral del proyecto. Se espera que pronto se reactive el diálogo entre ambas partes para profundizar en los detalles técnicos y conceptuales del diseño renovado.

Este emprendimiento requiere una perspectiva multidisciplinaria debido a su complejidad. El proyecto no solo implica aspectos arquitectónicos y de imagen urbana, sino también consideraciones históricas, antropológicas, hidrológicas y de movilidad. La comunidad local ha buscado asesoramiento de expertos en diversas disciplinas para evaluar el impacto potencial de la obra. Entre las inquietudes más significativas se encuentra la acumulación de humedad causada por la interrupción de corrientes subterráneas, así como la falta de datos precisos sobre la cimentación del templo cercano. Estos desafíos deben abordarse con rigurosidad técnica para garantizar la viabilidad y sostenibilidad del proyecto.

El avance de proyectos urbanos de gran envergadura debe basarse en el consenso y la participación activa de todos los actores involucrados. La construcción de infraestructuras modernas no debe comprometer el patrimonio cultural ni el equilibrio ambiental de la zona. Es esencial que las autoridades tomen en cuenta todas las voces y perspectivas antes de proceder con cualquier modificación estructural. Solo mediante un enfoque inclusivo y técnico se podrán encontrar soluciones que beneficien tanto a la población actual como a las generaciones futuras, preservando al mismo tiempo el legado histórico y natural del lugar.