El inicio del Campeonato Mundial de MotoGP en el circuito de Buriram ha puesto a Davide Tardozzi bajo los reflectores. Como manager del equipo oficial Ducati, que alinea a Marc Márquez y Francesco Bagnaia, Tardozzi es consciente de las expectativas generadas por este dúo estelar. Sin embargo, su mensaje inicial es claro y contundente: "No habrá conflictos ni desacuerdos en nuestro equipo". A pesar de las especulaciones sobre posibles tensiones entre los pilotos, Tardozzi asegura que el espíritu de unidad prevalecerá.

La filosofía del equipo Ducati se centra en la colaboración y el respeto mutuo. Tardozzi enfatiza que ambos pilotos son parte integral de un solo equipo, no dos entidades separadas. Los ingenieros y mecánicos trabajan conjuntamente para apoyar a Márquez y Bagnaia, fomentando un ambiente de cooperación. Este enfoque no solo refuerza el rendimiento deportivo, sino que también promueve una cultura de trabajo en equipo. Además, Gigi Dall’Igna, director técnico de Ducati, juega un papel crucial en la implementación de esta mentalidad, garantizando que cualquier diferencia se resuelva con madurez y profesionalismo.

Trabajar con dos pilotos de primer nivel como Márquez y Bagnaia es un sueño hecho realidad para Tardozzi. Su admiración por Márquez es evidente, incluso después de haber sido rivales en competencias anteriores. La experiencia y talento de estos pilotos no solo benefician al equipo, sino que también inspiran a todos los involucrados. En cuanto a las decisiones técnicas, Ducati ha optado por mantener el motor de la GP24 en lugar de introducir la GP25, priorizando la estabilidad sobre el riesgo. Esta elección refleja la sabiduría de valorar lo que ya funciona bien y no correr riesgos innecesarios, una lección aplicable tanto en el mundo del motociclismo como en la vida diaria.

En el camino hacia el éxito, la unidad y el respeto son fundamentales. El compromiso de Ducati con estos valores demuestra que el verdadero progreso se logra cuando todos trabajan juntos con un objetivo común. Al final, el triunfo no solo pertenece a los individuos, sino a todo el equipo que los respalda.