En un desarrollo jurídico significativo, Ismael “El Mayo” Zambada, figura prominente del Cártel de Sinaloa, ha solicitado formalmente ante la Corte del Distrito Este de Nueva York continuar con Frank Pérez como su abogado defensor. Esta decisión se produce a pesar de las posibles complicaciones que surgen al compartir el mismo representante legal con su hijo, Vicente Zambada Niebla. Durante una audiencia judicial, Zambada expresó su pleno conocimiento y aceptación de los riesgos potenciales asociados con esta elección. El juez Brian Cogan aprobó la petición bajo ciertas restricciones para garantizar un proceso justo.

La decisión de continuar con Frank Pérez como abogado defensor representa un desafío inusual en el sistema judicial estadounidense. Zambada reconoció explícitamente los conflictos de interés que podrían surgir durante el juicio. En particular, comprendió que la información compartida entre padre e hijo podría ser limitada debido a la naturaleza dual de la representación. El tribunal impuso medidas específicas para mitigar estos riesgos, incluyendo prohibiciones sobre la revelación de información confidencial y restricciones en la estrategia de defensa.

Las implicaciones de esta decisión son profundas, ya que Zambada enfrenta múltiples cargos graves relacionados con actividades criminales. Entre ellos destacan conspiración para asesinato, narcotráfico, posesión de armas y liderazgo en la crisis de sobredosis por fentanilo en Estados Unidos. Estos cargos ponen a Zambada en riesgo de recibir penas severas, incluyendo la pena de muerte o cadena perpetua. La gravedad de los delitos imputados refleja el papel central de Zambada en el Cártel de Sinaloa y sus operaciones transnacionales.

El próximo 22 de abril está programada una nueva audiencia en la que se espera que se definan los siguientes pasos legales. Mientras tanto, la defensa y la Fiscalía tienen 90 días para negociar y recopilar más información. Frank Pérez aseguró que, hasta ahora, no se han alcanzado acuerdos de culpabilidad con las autoridades. Esta situación añade un elemento de incertidumbre al caso, mientras se prepara para uno de los juicios más importantes en la historia del crimen organizado en México y Estados Unidos.