El gobierno local de Melilla ha expresado su malestar ante la falta de comunicación del Ejecutivo Central sobre la reapertura de la aduana comercial con Marruecos. Esta instalación, cerrada por el país vecino durante más de seis años, ha vuelto a abrir sus puertas sin previo aviso oficial para las autoridades melillenses. La vicepresidenta segunda de Melilla y consejera de Cultura, Patrimonio Cultural y del Mayor, Fadela Mohatar, ha resaltado la importancia de que cualquier acuerdo se concrete en condiciones equitativas y basadas en el libre comercio.
Las autoridades locales han manifestado su descontento debido a la ausencia de información oportuna por parte del Gobierno Central sobre la reapertura de la aduana. Este vacío informativo ha generado incertidumbre y preocupación entre los responsables de la ciudad autónoma. La vicepresidenta segunda de Melilla ha subrayado la necesidad de mantener una comunicación fluida y transparente entre todas las partes involucradas en este proceso crucial.
Mohatar ha señalado que tanto ella como su equipo esperaban recibir una notificación oficial antes de que se produjera la reapertura. Sin embargo, esta información no llegó ni siquiera cuando se intentó reabrir la aduana anteriormente en enero. Este hecho ha llevado a las autoridades locales a cuestionar la formalidad y seriedad con la que se está manejando este asunto tan relevante para la economía de la región. Además, la vicepresidenta ha enfatizado que el desconocimiento de estos detalles dificulta la planificación y preparación adecuada para aprovechar al máximo las oportunidades que podría ofrecer la reapertura de la aduana.
Las autoridades de Melilla insisten en la necesidad de establecer un marco comercial justo y equilibrado con Marruecos. Se espera que cualquier acuerdo futuro garantice la reciprocidad en el intercambio de bienes y servicios entre ambos países. La vicepresidenta segunda ha destacado que es fundamental asegurar que las reglas aplicadas sean justas para ambas partes.
En particular, Mohatar ha abogado por un trato igualitario en cuanto al régimen de viajeros y la circulación de productos. Actualmente, existe una disparidad en cómo se gestionan los flujos comerciales: mientras que los productos marroquíes pueden cruzar hacia Melilla sin restricciones, los bienes procedentes de la ciudad española encuentran barreras al intentar entrar en territorio marroquí. Esta situación ha sido calificada como injusta y perjudicial para la economía local. Por lo tanto, el gobierno de Melilla mantiene firme su postura de exigir que se respete un sistema comercial mutuamente beneficioso, donde las decisiones no estén unilateralmente impuestas por uno de los países participantes.