En México, la periodista Anabel Hernández García ha sido tema de debate debido a sus investigaciones sobre el crimen organizado. Durante los primeros años del gobierno de López Obrador, la presidenta fue frecuentemente alabada por su valentía y profesionalismo. Sin embargo, tras la publicación de su libro más reciente, La Historia Secreta: AMLO y el Cártel de Sinaloa, las percepciones hacia ella han cambiado drásticamente. Este texto explora cómo la relación entre la periodista y el presidente ha evolucionado, desde los elogios iniciales hasta las actuales acusaciones de deshonestidad.
Hernández, nacida en la Ciudad de México en 1971, se ha destacado por sus investigaciones sobre grupos criminales. En diversas ocasiones, López Obrador ha reconocido públicamente su trabajo, especialmente cuando este involucraba denuncias contra políticos de la oposición. Por ejemplo, en una conferencia de prensa celebrada en diciembre de 2019, el presidente resaltó la importancia de su labor periodística y criticó la falta de apoyo que había recibido. Posteriormente, en mayo de 2020, reiteró su admiración por su profesionalismo y coraje. Estas declaraciones fueron consistentes durante los primeros años de su mandato.
La situación cambió radicalmente con la publicación de La Historia Secreta. En este libro, Hernández presenta información que sugiere una supuesta relación entre López Obrador y el Cártel de Sinaloa. Desde entonces, las posturas del gobierno hacia ella han pasado de ser de apoyo a críticas severas. El presidente ahora la califica como deshonesta y mentirosa, lo cual contrasta fuertemente con los anteriores elogios. Esta transformación refleja no solo un cambio en la narrativa oficial sino también en la percepción pública de la periodista.
Hernández ha enfrentado tanto admiración como desprecio por su estilo periodístico. A lo largo de su carrera, ha publicado doce libros desde 2005, ganando premios nacionales e internacionales por su trabajo. Su decisión de revelar información comprometedora sobre el actual gobierno ha llevado a una polarización aún mayor. Mientras algunos la ven como una defensora incansable de la verdad, otros cuestionan sus métodos y motivaciones. Sin embargo, ella mantiene que sigue siendo la misma periodista comprometida con la transparencia y la justicia.
Esta evolución en la relación entre Hernández y el gobierno ilustra la complejidad de las dinámicas políticas en México. La periodista, quien alguna vez fue vista como una aliada clave para denunciar la corrupción, ahora enfrenta duras críticas. Independientemente de las controversias, su labor continúa siendo fundamental para entender las intersecciones entre el poder político y el crimen organizado en el país.