El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha propuesto dos nuevas regulaciones que cambiarán la forma en que las bebidas alcohólicas se etiquetan. Estas medidas buscan proporcionar información más detallada sobre el contenido nutricional y potenciales alérgenos, permitiendo a los consumidores tomar decisiones más informadas. Las empresas tendrán opciones para cumplir con estas normativas, incluyendo el uso de códigos QR para proporcionar detalles fuera de la etiqueta física.
Las propuestas recientes del gobierno estadounidense introducen un cambio significativo en cómo se presenta la información nutricional en productos como vinos, licores y cervezas. Se espera que estas modificaciones ayuden a los consumidores a comprender mejor lo que están bebiendo, facilitando así elecciones alimentarias más conscientes y saludables. Este movimiento refleja una creciente tendencia hacia la transparencia en la industria de bebidas alcohólicas.
Con estas nuevas reglas, cada envase deberá incluir un cuadro informativo similar al utilizado en alimentos, mostrando datos esenciales como el porcentaje de alcohol, calorías, carbohidratos, grasas y proteínas por porción. Esta iniciativa, impulsada hace casi dos décadas pero ahora finalmente en proceso de implementación, responde a las demandas de organizaciones defensoras de la salud pública. Además, una encuesta reciente reveló que muchos productores ya ofrecen esta información de manera voluntaria, aunque no todos lo hacen de forma consistente, lo que subraya la necesidad de una política obligatoria.
Otra de las novedades importantes es la inclusión de advertencias sobre posibles alérgenos en las etiquetas de las bebidas alcohólicas. Este aspecto es crucial para aquellos individuos que tienen sensibilidades específicas y deben evitar ciertos ingredientes. La nueva medida busca mejorar la seguridad y confianza de los consumidores al momento de seleccionar sus bebidas preferidas.
La segunda norma propuesta requiere que las etiquetas indiquen cualquier ingrediente que pueda causar reacciones alérgicas graves, como leche, huevo, pescado, mariscos, frutos secos, trigo, cacahuetes, soja y sésamo. Este avance es celebrado por grupos como el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI), quienes han abogado durante años por este tipo de cambios. Según estos defensores, estas propuestas representan un hito importante para garantizar que los consumidores tengan acceso a la información necesaria para evitar riesgos a su salud. Además, algunas asociaciones industriales sugieren alternativas innovadoras, como el uso de códigos QR o referencias web, para facilitar la entrega de esta información sin sobrecargar las etiquetas físicas.