En el arranque del Gran Premio de Qatar, Álex Márquez dejó una destacada quinta posición durante la práctica que definía el acceso directo a la Q2. Este desempeño incluyó un notable adelantamiento sobre Pecco Bagnaia en las últimas vueltas de la sesión. Durante una entrevista posterior, Márquez restó importancia al incidente, explicando que Bagnaia iba lento y él aprovechó la oportunidad para mejorar su tiempo. Además, subrayó que el día fue muy positivo, mostrándose satisfecho con sus sensaciones tanto en condiciones de goma media como blanda.

Un Día de Aprendizaje y Rendimiento

En el circuito de Losail, bajo un cielo estrellado y temperaturas nocturnas propias de la región, Álex Márquez demostró su capacidad competitiva desde el inicio. En la práctica matutina, aunque reconoció que sacar conclusiones era complicado debido a la peculiaridad de la pista, observó cómo Marc Márquez lideraba los tiempos. Sin embargo, por la tarde, todos los pilotos dieron un paso adelante, y Álex se sintió particularmente cómodo con ambos tipos de neumáticos. A pesar de algunos contratiempos, como una bandera amarilla que interrumpió su ritmo, finalizó el día contento por las conclusiones obtenidas.

Mirando hacia el sábado, Márquez anticipó que las condiciones climáticas jugarán un papel crucial. Si bien espera tiempos similares a los del año pasado (en torno a 1:50.2-1:50.4), reconoce que factores externos como el viento y la arena pueden alterar los planes. Respecto a las diferencias entre las tandas diurnas y nocturnas, aseguró que para el piloto apenas hay cambios significativos, gracias a la excelente iluminación del circuito.

Desde una perspectiva periodística, la actuación de Álex Márquez no solo refleja su habilidad técnica, sino también su capacidad para adaptarse rápidamente a situaciones imprevistas. Su actitud calmada y analítica frente a momentos críticos, como el adelantamiento a Bagnaia, destaca su madurez como piloto profesional. Este enfoque podría ser clave para su rendimiento en futuras competiciones, donde la consistencia y la inteligencia estratégica marcarán la diferencia.