El magistrado del Tribunal Supremo investiga si existió una violación de secreto profesional en el manejo de documentos sensibles vinculados a González Amador. Rodríguez ha enfatizado que su actuación estuvo dentro del marco legal y que cumplió con las obligaciones establecidas por el Estatuto Fiscal.
Uno de los puntos clave en la defensa de Rodríguez es la afirmación de que numerosas personas tuvieron acceso a la documentación en cuestión. Según declaró, aproximadamente 500 individuos pudieron revisar la denuncia inicial y el expediente tributario de González Amador desde el 5 de marzo. Además, cerca de 60 personas accedieron al contenido de un correo electrónico crucial enviado por el abogado de González Amador el 2 de febrero.
Esta amplia difusión de la información plantea preguntas sobre la seguridad y la privacidad de los datos judiciales. Los expertos legales han señalado que, aunque el acceso fue extenso, esto no exime a los funcionarios de su responsabilidad en la protección de la información delicada.
A diferencia del fiscal general del Estado, quien optó por no responder al magistrado debido a sus objeciones sobre la validez de la investigación, Rodríguez decidió enfrentar directamente las preguntas del instructor. Aunque también presentó un recurso contra la autorización del registro en su oficina, mantuvo una postura firme en negar las acusaciones.
Este contraste en las estrategias legales refleja la complejidad del caso y la diversidad de opiniones dentro del sistema judicial. La decisión de Rodríguez de cooperar podría ser vista como un intento de transparentar el proceso y demostrar su inocencia.
El papel de la Fiscalía en este escándalo ha sido objeto de intenso escrutinio. Algunos argumentan que los registros realizados fueron ilegales, lo que añade otro nivel de controversia al caso. El debate sobre la legitimidad de estas acciones puede tener implicaciones duraderas para el futuro del sistema judicial español.
La declaración de la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, agrega otra capa de complejidad. Su advertencia a Rodríguez sobre la posibilidad de filtraciones sugiere preocupaciones internas sobre la gestión de la información sensible. Este testimonio podría influir en la percepción pública y en la evolución del caso.