El martes 17 de diciembre marcó un hito crucial cuando se filtró el hackeo al sistema de la Fiscalía. Estas casi mil Carpetas de Investigación, que eran de vital importancia para la justicia, quedaron expuestas al público. Esto no solo pone en peligro la confidencialidad de las investigaciones, sino que también plantea serias cuestiones sobre la seguridad de la información.
Los detalles revelados en los documentos hackeados son alarmantes. Las fotografías de cadáveres y relatos de abuso sexual son una prueba clara de la gravedad del suceso. Esto ha generado una gran sensación en la comunidad y ha llevado a la Fiscalía a tomar medidas inmediatas para investigar y aclarar la situación.
La Fiscalía ha relatado cómo ocurrió el hackeo, pero los presuntos atacantes mantienen otra versión. Según ellos, fue un funcionario de la fiscalía mismo quien les dio acceso. Esta disputa de versiones ha creado confusión y ha llevado a la búsqueda de la verdad detrás de este suceso.
Como se ha mencionado, hay un hacker en específico que se ha llamado 'Escorpión' y que tiene varios ataques documentados. Estos presuntos hackers se dicen ser trabajadores de la tesorería y aseguran no tener nada que ver con la situación. Sin embargo, las pruebas que presentan no coinciden con las fechas y manejan la misma Fiscalía por unas fotografías. Esto ha despertado la sospecha y ha llevado a una investigación más profunda.
Una de las consecuencias más importantes del hackeo es el acceso inadecuado a las Carpetas de Investigación. Todas estas carpetas se encuentran abiertas, lo que pone en riesgo el debido proceso legal. Esto puede tener consecuencias significativas en las investigaciones en curso y en la justicia en general.
La exposición de estas carpetas puede afectar la credibilidad de las investigaciones y hacer que se cuestionen los resultados obtenidos. Además, puede generar dudas sobre la integridad de la fiscalía y la seguridad de la información. Es esencial que se tome medidas para restablecer la confianza en el sistema judicial.