¿Sabía que las vacunas contra el COVID-19 son una de las mayores avances en la salud pública recientemente? Estas vacunas han permitido a millones de personas obtener la protección necesaria frente al virus que causa el COVID-19. Sin embargo, hay muchas dudas y confusiones sobre cómo funcionan y qué tipos existen. En este artículo, intentaremos aclarar todas estas dudas.
Las vacunas contra el COVID-19 actúan de diferentes formas. Algunas usan un ARNm creado en el laboratorio para enseñar a nuestras células a producir una proteína, mientras que otras contienen partes del virus. Además, el proceso de desarrollo de estas vacunas ha sido rápido, pero se han tomado todas las medidas necesarias para garantizar su seguridad y efectividad.
Existen dos tipos principales de vacunas contra el COVID-19 que se usan en los Estados Unidos: las vacunas de ARNm y las vacunas de subunidades de proteínas.
Las vacunas de ARNm, como las de Pfizer-BioNTech o Moderna, se aplican en el músculo y usan un ARNm para que nuestras células produzcan una porción inocua de proteína S. Esta proteína desencadena la respuesta inmunitaria de nuestro organismo y nos ayuda a protegerse en el futuro. Además, los investigadores han estado estudiando esta tecnología durante décadas y se han utilizado en otras enfermedades.
Las vacunas de subunidades de proteínas, como la de Novavax, contienen partes del virus y un coadyuvante que ayuda al sistema inmunitario a responder. Al aplicarse en el músculo, las células cercanas recogen estas proteínas y nuestro sistema inmunitario se activa para combatir lo que considera una infección.
El proceso de desarrollo de las vacunas contra el COVID-19 fue rápido, pero se tomaron todas las precauciones necesarias. Primero, se desarrollaron en laboratorios y luego pasaron por tres fases de ensayos clínicos para garantizar su eficacia y seguridad. Los ensayos clínicos involucraron a decenas de miles de voluntarios de diferentes edades, razas y etnias.
Después de que los ensayos clínicos demostraron que las vacunas son seguras y efectivas, la FDA evaluó los resultados y otorgó autorizaciones o aprobaciones. Estas vacunas se han distribuido en todo el país y se están utilizando para proteger a millones de personas.
Desde que se empezaron a vacunar a cientos de millones de personas en los Estados Unidos, se han implementado sistemas de monitoreo de las vacunas para garantizar su seguridad. Aunque muchas personas no sufren efectos secundarios, algunas notifican dolor o inflamación en la zona de la inyección, dolor de cabeza, escalofríos o fiebre. Estos son signos normales de que el organismo está generando protección.
Sin embargo, es poco frecuente que se notifiquen reacciones adversas graves después de la vacunación. Los sistemas de monitoreo están trabajando constantemente para detectar cualquier problema y garantizar la seguridad de las vacunas.