Motor
Una jornada especial en Ferrari con los Sainz: despedida inolvidable
2024-12-17
Martes 17 de diciembre de 2024, a las 9:45 de la mañana, se produjo un evento inolvidable en la pista italiana de Fiorano. El motor de un Fórmula 1 se encendió, marcando el comienzo de una jornada especial. En ese momento, Carlos Sainz subió al monoplaza, pero no era el que todos conocían. Era su padre, la leyenda. Hace casi 20 años que Alonso pilotó un Renault en 2006, y ahora el Matador tenía la oportunidad de experimentar la velocidad del deporte rey del automovilismo junto a su hijo. Esta era la despedida perfecta de la Scuderia.

Una Familia Unida en el Mundo del Automovilismo

La Primera Vuelta

Carlos Sainz padre se puso en marcha el primer F1-75 de 2022 bajo la mirada atenta de su hijo. Aunque hizo un trompo al principio, pronto encontró el ritmo y completó varias tandas con tiempos consistentes. Mientras tanto, Carlos Sainz Jr. estaba listo para salir a la pista con el coche que le valió su primera victoria en el Mundial en Silverstone. "Le tendré delante", decía, y así fue.

Este momento era único. Ver a un padre y un hijo compartir la pista en un Fórmula 1 era algo que no se veía a menudo. La emoción se sentía en el aire, y todos los presentes se unieron para celebrar este momento especial.

El Cambio de Equipo

Pero la historia no acabó ahí. Los Sainz cambiaron de Ferrari para subirse a un clásico de la marca del Cavallino Rampante, el histórico 735 LM de 1955. Harry Schell y Maurice Trintignant corrieron las 24 Horas de Le Mans con este coche, y ahora Carlos Sainz y su padre tenían la oportunidad de vivir esta experiencia.

Después de terminar la actividad en el circuito de pruebas de la Scuderia, todos se unieron para tomar una foto de familia. Carlos Sainz Jr. estaba vestido de rojo por última vez, mientras que su padre estaba vestido de blanco, como harían en Williams. Esto era un momento mágico que se guardaría en sus corazones para siempre.

Las Palabras de Gracias

Después de la experiencia en el circuito, los dos españoles tomaron la palabra para agradecer al equipo. "Quería daros las gracias a todos, habéis hecho a un abuelo un hombre muy feliz hoy", decía el padre. Y su hijo, orgulloso, levantó los aplausos del resto: "Un abuelo de 62 años ha probado este año un Ferrari y ha ganado el Dakar".

Estos momentos fueron únicos y se merecían una despedida a la altura. Carlos Sainz y su padre dejarían un legado en el mundo del automovilismo que no se olvidaría nunca.

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