En Washington, el 3 de diciembre, se ha producido un drama humanitario de gran magnitud. Estados Unidos ha tomado la iniciativa de solicitar más detalles al Gobierno de Benjamín Netanyahu sobre la trágica muerte de varios trabajadores humanitarios el sábado pasado. Tres de ellos pertenecieron al grupo World Central Kitchen (WCK) y uno a Save the Children, víctimas de un ataque israelí en el sur de la Franja de Gaza.

La Indignación y la Petición de Información

El portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, se ha mostrado indignado y ha exigido más información sobre este incidente. Aunque no dispone de más detalles en la actualidad, Patel ha destacado la importancia de proteger a los trabajadores humanitarios para que puedan llevar a cabo su labor de forma segura, no solo en Gaza sino en todo el mundo. De este modo, insta al ejército israelí a proporcionar información adicional sobre lo ocurrido. "No voy a llegar a ninguna conclusión hasta que tengamos más información y podamos reunir los hechos. Pero, en general, alentamos a Israel a investigar de manera exhaustiva y transparente acciones como estas y a tomar las medidas adecuadas en su sistema, incluyendo la garantía de rendición de cuentas por cualquier violación", ha afirmado Patel.

La Tragedia de la UNRWA

La mayoría de los fallecidos eran empleados de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA). Esta organización ha denunciado la muerte de al menos 249 de sus trabajadores en el enclave desde el comienzo de la guerra. Israel, que acusa a la UNRWA de ser una tapadera de Hamás, el grupo islamista que gobierna la Franja de Gaza, suele defender sus ataques contra escuelas o almacenes de la agencia argumentando que son utilizados por milicianos palestinos para esconderse. Esto ha generado una gran polémica y ha puesto en relieve la complejidad de la situación en Gaza.

El Ataco en Jan Yunis

El pasado sábado, al menos cinco palestinos murieron tras ser atacados por un dron israelí en la ciudad de Jan Yunis. Estos incluían tres trabajadores de WCK y uno de Save the Children. Esto es el segundo ataque en poco más de ocho meses que ha matado a siete empleados de la ONG del cocinero español José Andrés. Esta sucesión de muertes ha desatado una ola de indignación en el mundo y ha puesto de manifiesto la necesidad de encontrar una solución duradera a la crisis en Gaza.